El romántico perfecto, la historia de Los Cenci, y la leyenda de Beatriz


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PANP #1 – Fragmento 5 –

Percey Bysshe Shelley fue expulsado de la Universidad de Oxford por sus ideas, se negó a retractarse y ahí empezó la vida de uno de los pensadores y escritores románticos más influyente en los pensadores de su época. Murió en un naufragio con 29 y se convirtió en el romántico perfecto. Redescubrió y expandió el proceso de los Cenci y la leyenda de Beatriz.

El Memorial a Percey Bysshe Shelley está instalado en las dependencias de la universidad de Oxford. Curioso, a Percey le echaron de la Universidad en 1911 cuando salió a la luz un panfleto titulado ‘Las necesidades del Ateísmo’. Aunque su padre consiguió que le diesen una segunda oportunidad si se retractaba de lo que decía el panfleto, el autor empezó una nueva vida que le convertiría en un romántico especial. Murió con 29 años como resultado de un naufragio cuando navegaba de Livorno a Lerici. Su cuerpo se encontró en el agua y su muerte tiene casi tantas causas o leyendas como queramos buscarle. Es una consecuencia del grupo que rodeaba a Percy y Mary Shelley, entre los que estaba el propio Lord Byron.


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Memorial a Percey Bysshe Shelley en Oxford.

Su pensamiento idealista expande la justicia social, los derechos de los seres vivos, la resistencia no violenta y su visión del vegetarianismo con una perspectiva nueva.


Sus trabajos poéticos no eran de lo más vendido en la época, tampoco sus obras de teatro, y muchos periódicos y revistas no veían mal sus escritos pero no los publicaban. Con el tiempo se ha reconocido su obra en todos los sentidos. Su pensamiento idealista expande la justicia social, los derechos de los seres vivos, la resistencia no violenta y su visión del vegetarianismo con una perspectiva nueva. Gandhi, Isadora Duncan, Karl Marx y una larga lista de filósofos y activistas sociales han elogiado la obra de Percy Shelley y se han inspirado en ella.

Está enterrado en el cementerio protestante de Roma, lugar para el que estaba destinada la estatua que hoy luce en Oxford. En la Ciudad Eterna hay un museo romántico en la Plaza de España con manuscritos y material de Shelley y John Keats, quien murió de tuberculosis en esa casa. Es difícil de discernir qué es más intenso: la vida personal o la obra de Percy B. Shelley y no hay excesivo material sobre él en castellano, aunque sí es fácil leer sobre su obra a partir de su entrada en inglés en Wikipedia.

Pero lo que nos importa en el programa es su relación con el retrato de Beatriz Cenci atribuido a Guido Reni que el autor vio en el Palacio de Colonna. Como se puede ver, el palacio es recargado:

Bien, pues el cuadro inspiró un drama, ‘Los Cenci’, que tuvo acogida entre los autores de la época y del siglo XX. Alejandro Dumas, Alfred Nobel o Sthendal son sólo algunos autores. Recomendamos ‘Crímenes célebres’ de Dumas donde Los Cenci es de los primeros en aparecer.


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Retrato de Beatriz Cenci, atribuido a Guido Reni. Fue el que inspiró a Percy B Shelley o otros autores románticos.

«Entonces dispusimos que la elevasen hasta la altura de cuatro pies y empezamos a rezar un avemaría, pero fingió desmayarse a la mitad de nuestra oración. »Nos mandamos echarle un cubo de agua en la cabeza, cuya frialdad la hizo volver en sí exclamando: “¡Dios mío! Yo muero; ¡me matáis! ¡Dios mío!”. Pero sin querer contestar ni decir otra cosa. »Nos hicimos elevarla más y rezamos un miserere, durante el cual, en vez de orar con nosotros, se estremeció y exclamó: “¡Dios mío! ¡Dios mío!”. »E interrogada de nuevo sobre el referido parricidio, insistió en su negativa, diciendo: “Soy inocente”. Y al instante se desmayó». -Fragmento de Crímenes Célebres, de Alejandro Dumas-.

Y también ‘Los Cenci y otras crónicas italianas’, de Sthendal, que arranca filosofando sobre la figura poética del don Juan: el de Moliere y el de Mozart.

«Si el lector tiene la amabilidad de permitírmelo, presentaré aquí, con toda humildad, una semblanza histórica del segundo don Juan, del que sí podemos hablar en 1837; se llamaba Francisco Cenci». Fragmento de Los Cenci y otras crónicas italianas, de Sthendal,

Pero la historia de Beatriz Cenci y el cuadro en el Palacio de Colonna no sólo inspiraron literatura, también, por ejemplo, a la fotógrafa pionera Julia Margaret Cameron. Bajo estas líneas, ‘Beatriz’, de Margaret Cameron. Para conocer el contexto histórico de la fotógrafa merece la pena echarle un vistazo a ESTE trabajo de Ángeles García, y en ESTE post de Xataka podréis ahondar un poco más en Julia Margaret Cameron.

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Beatrice, de Julia Margaret Cameron, 1866.

El proceso a Beatriz Cenci

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Retrato de Próspero Farinacci, recientemente atribuido a Caravaggio.

Farinacci se topó de manera frontal con Clemente VIII cuatro años antes de que defendiese a Beatriz, cuando se salvó de la pena capital en un proceso por sodomía.


En las obras que hemos reseñado antes se relatan de manera exhaustiva los últimos días de Beatriz. En su proceso contó con el apoyo de muchos abogados, entre ellos, Próspero Farinacci, quien aparece retratado por Caravaggio. Probablemente él era el pintor más famoso de Roma en aquel septiembre de 1599 en el que se se cumplió la condena a muerte; se dice que el artista presenció el proceso. Pero Farinacci se topa de manera frontal con Clemente VIII, hilo conductor del programa. Cuatro años antes de que defendiese a Beatriz se salvó de la pena capital en un proceso contra él por sodomía. «La harina es buena, es el saco el que es malo», dijo Clemente VIII, jugando con el apellido del jurista, para que se cerrase el caso de uno de los jueces romanos de aquella época que ha pasado a la historia del Derecho.

El Puente de Sant’Angelo de Roma es el lugar en el que se desarrolla la leyenda de la que hablamos. Justo aquí debajo aparecemos en mitad del puente.

Los pormenores del proceso están descritos por varios autores y libros, pero para meternos en la época y conscientes de los sesgos y recursos de quien escribe, podemos encontrar la Revista Andaluza de 1841. En ella se relata el crimen de los Cenci. Ahí está, no ahorra detalles.


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